Intermitente (II)
El silencio llega a ser ensordecedor por momentos aunque yo misma he decidido abrazar la soledad unos instantes. Unas horas. Unos días. No sé cuándo se va a disipar la niebla que pasea por mi mente estos meses y que siento que cada vez va más in crescendo . ¿Cuándo para un sentimiento que no controlas y que te hace daño? ¿Y si tengo que aprender a vivir con esta sensación? Me sigo sintiendo en la barca en la que me describí hace semanas, viendo el egoísmo de la gente, la indiferencia, sintiendo a todo el mundo lejano a mí, y aunque sé que hay gente que está , que me mira, que me siente presente, no puedo evitar sentir frío con todos y con todo. No puedo evitar sentir un vacío en el pecho cada vez que me miro al espejo y se desdibuja la imagen que tengo en mi mente con la que se refleja. No soy yo. Siento mi vida como una paradoja. Estoy pero no estoy. Muchas veces me siento mera espectadora de mis acciones, desde dentro de mi cabeza observo, siento, grito, me lamento y por mucho que