Hoy no quiero ser valiente; quiero ser libre
Cerca de mi pueblo hay un paraje natural por el que la gente suele hacer actividades de deporte. He ido muchas veces con mi familia, con mis amigos, con mi novio, e incluso yo sola. He de decir que es un sitio al que me gusta ir, donde puedo respirar tranquilamente y cerrar los ojos. Pero hace un tiempo que ese lugar ya no es paz ni tranquilidad. Una tarde de verano una amiga y yo estábamos aburridas en casa y decidimos calzarnos los deportivos y salir a andar, como habíamos hecho otras veces.Salimos temprano en una hora que no hiciera mucho calor pero procurando que no fuera muy tarde para no volver de noche. Conforme nos alejamos del pueblo aun quedan casas a las afueras pero en un momento el camino deja de estar asfaltado y empieza a ser de tierra y los laterales se cubren de matorrales. Aquel día, cuando llegamos al borde del agua, donde hay un trozo de tierra que divide la laguna en dos, nos dimos cuenta de que no habíamos sido las únicas que habían decidido pasar la tarde en l