Intermitente
Mi estado de ánimo es como el tiempo. Unos días hace mucho sol y otros salen nubes y llueve intensamente. Unos días me pican los rayos de sol en la frente y en la comisura de los labios y río a carcajadas y otros días no puedo ver de las gotas que empañan los cristales de la ventana y de mis ojos. Ya ves, unos días dolor y otros gloria. Unos estoy y otros no. Mis días preferidos son los de otoño cuando se va el calor sofocante y el viento tímido me acaricia lentamente el rostro. Hoy es un día intermitente. Ha llovido esta mañana y ahora hace sol. Aun quedan nubes y no sé si se irán o se quedarán más tiempo. Igual esta noche vuelve a llover. Quién sabe. Hay días con tormentas entre ceja y ceja, huracanes en mi mirada y remolinos en la lengua. Y es entonces cuando la tormenta pasa a la garganta y hace que te ahogues y no pase el aire. No pasa. No pasa. Hay un tapón que han formado las nubes, las palabras, los recuerdos y las personas. Y antes de ahogarme las lágrimas se precipita