Y el Goya es para...

  Anoche tuvo lugar la 31 edición de los Premios Goya, la cual fue conducida por tercer año consecutivo por el insuperable actor y cómico Dani Rovira que abrió la gala con un monólogo con temas de mucha actualidad. Esta gala tuvo menos tintes políticos que las de años anteriores en las que era evidente una lucha entre cineastas y políticos. Y mejor así, la verdad, porque es cine de lo que estamos hablando, no de política que bastante tenemos con el panorama español del día a día.
  La protagonista de la noche no fue otra que Un monstruo viene a verme de J.A. Bayona, una co-producción hispano-estadounidense, que de las 12 nominaciones acabó con 9 premios bien merecidos entre los que cabe destacar el Goya a la mejor dirección para J.A. Bayona. Ahora, una cosa os digo, si yo hubiera estado ahí no le hubiese dado el Goya, le hubiera dado un paquete de pañuelos que mucha falta le hacía al director barcelonés cada vez que su película se hacía con un galardón. Al final, Dani Rovira, como buen maestro de ceremonias, le llevó una tila en mitad de la gala (y no es broma).
  Y ahora dejemos de hablar del monstruo de Bayona y pasemos a hablar de la otra gran triunfadora de la noche que creo que incluso tiene más mérito. Tarde para la ira, la ópera prima de Raúl Arévalo se hizo con cuatro estatuillas y a pesar de que no se llevó tanto como la obra de Bayona, para mí fue sin duda la triunfadora de la noche puesto que supuso un comienzo muy bueno para Raúl Arévalo como director que ganó el Goya a mejor director novel y su película consiguió el Goya a la mejor película. Buen debut, Arévalo. Estoy segurísima de que nos dará más sorpresas en los próximos años.
   El Goya de Honor fue para Ana Belén, que yo, no sé si será porque soy muy joven, no la tenía muy vista pero mi madre, que sí que la conocía, no paraba de repetir 'se lo merece, se lo merece' así que no soy nadie yo para decir que no. Ahora lo que me toca es ponerme las pilas y ver alguna película de esta actriz española que fue galardonada ayer con el Goya por su carrera como actriz. Entre los demás premiados cabe destacar también ese doblete de Emma Suarez, ganadora del Goya a mejor actriz protagonista por Julieta de Pedro Almodóvar (película que tenéis que ver sí o sí) y Goya a mejor actriz de reparto por La próxima piel. También cabe destacar películas como El hombre de las mil caras y Que dios nos perdone. Podéis entrar en la página web y consultar todos los galardonados.
  Y ahora, saliéndonos un poco del guión, como hizo Daniel Guzmán, hablemos de las cifras que nos deja este año el cine español y hagamos reivindicaciones. En 2016, el cine español recaudó 65 millones, un 5% más que el pasado año siendo Un monstruo viene a verme la película más vista con diferencia, y ganando todas ellas distinguidos premios en festivales internacionales. Pero a mí no me interesan tanto estas cifras sino otras que son más preocupantes. Como se dijo anoche, solo un 8% de los actores pueden vivir de su profesión. Esto me parece algo alarmante, como para ponerle un farolillo rojo.
  En el mundo de la fama esto es muy usual; solo destaca la élite. Por ello me entristeció muchísimo leer twitter (no leáis twitter, es una herramienta del demonio), donde se decía de hacer un boicot a los Goya. Sinceramente no sé de dónde vino esta idea pero según he estado leyendo fue un bulo sobre no sé que de unas subvenciones. Leí cosas como que los actores y directores en España se pasan de listos, que no se sienten españoles y que por tanto no se merecen los premios, o que son unos vividores o incluso que nuestro cine es malo (por enésima vez). ¿Qué actores son unos vividores? Ay amigos, como en todas las profesiones hay de todo. Y es que pensamos en actores y, ¿en quién pensamos? En esos grandes actores de renombre pero esos son poquísimos. Hay más, una mayoría aplastante que no sabe si mañana va a tener trabajo en una película, en una obra de teatro, en un anuncio. Que no sabe, como muchos españoles, si a la mañana siguiente va a poder pasar el día. Que la profesión de actor, si no estás en la cúspide, no es estable. Y esto pasa en mucho en el mundo de la fama como he dicho antes. Pensemos ahora en músicos, escritores, pintores, poetas... Somos unos soñadores y unos incomprendidos en este mundo que no sabe valorar el arte.
 Por último, me gustaría lanzaros una reflexión y es que también leí en twitter (tengo que dejar de leer twitter) que el cine no es cultura. Amigos, ¿y entonces qué es cultura en España? ¿Los toros son cultura?

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