Moldeando la historia: Pompeya

  Seguro que cuando os hablan de Pompeya y el Vesubio os viene la mente la erupción volcánica que tuvo lugar en el 79 d.C. 'Gracias' a esa erupción la ciudad de Pompeya quedó congelada en el tiempo; sus frescos, sus calles, sus gentes... Pero, esperad, ¿no pensareis que lo que nos ha llegado son los cuerpos de la gente tal y como quedaron en el momento de su muerte? No amigos.
     Cuando a mediados del siglo XVIII comenzaron las excavaciones se descubrieron los restos de lo que había sido una gran ciudad romana. La ciudad y los habitantes habían quedado sepultados por la lava y las cenizas derivadas de la erupción. Se descubrió que los cuerpos de la gente habían quedando rodeados de lava que se endureció en torno a estos y que con el paso del tiempo se desintegraron dejando solo algunos huesos y lo más importante, un molde de la forma en la materia volcánica petrificada.
  Los arqueólogos aprovecharon estos moldes de personas y animales y vertieron yeso dentro para obtener las formas. Los resultados obtenidos han sido espectaculares y podemos ver las esculturas de las víctimas, seguramente, en el peor momento de sus vidas.
  Hace poco se descubrió que los supuestos 'amantes' de Pompeya eran en realidad dos hombres pero, ¿estamos hablando de verdad de dos personas que en esa situación compartieron su última muestra de amor o tal vez de dos personas que intentaban superar el miedo y la frustración del momento? La Historia debe ser interpretada y en muchos casos no siempre damos con la verdad. Eso es lo que hace a la Historia misteriosa e interesante.



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