Casualidad

 Necesito escribirte. Describirte. Con lápiz y papel, con pluma, con pincel. Y hacer poesía sobre los poros de tu piel. Crear constelaciones de lunares en tu espalda. En tus piernas. En tu rostro.
 Bonita casualidad que aun no sé cómo afrontar. Te has cruzado en mi camino.  Me has salido al acecho como una fiera que espera escondida a su presa y me has pillado por sorpresa, con las manos en la masa, intentando no quererte pero me pides cosas imposibles. Una palabra, una clave de sol; una conversacion, un pentagrama.  No estabas ni en mis planes ni en mis mapas, ni en mis sueños, ni en mis besos que no estaban destinados a quererte, que no estaban destinados a pensarte, que no estaban destinados a desvelarse por la noche. Y sin querer y mientras aprendía a quererte me has robado sonrisas, me has hecho necesitar más aire del habitual, me has pellizcado el corazón y cada latido eres .
  Pero no puedo pensar con claridad. Y me desordenas la mente. Eres algo abstracto en mi pensamiento que me dice unas veces que sí y otras que no. Que me das miedo. Que me da miedo quererte.  Estás ahí,  te veo, te rozo, te imagino pero me quemo con los recuerdos de tiempos pasados en los que lloraba, en los que me rompía a pedazos, en los que veía falsos destellos de luz donde el abismo negro me engullía.
 Pero eres un rayo que se cuela entre esta espesa bruma que no me deja ver y me ayudas a dibujar el camino para salir. Y aunque ando despacio y con pasos firmes para no volver a caer, el enigma del futuro me atormenta así que intento no pensar en ello y pensar en mi presente donde te veo y me sonríes y te sonrío.

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